ERA GLACIAL Y ERA DE ACUARIO
Las coincidencias terrestres y celestes, físicas, psíquicas, esotéricas y filosóficas parecen recurrentes. Según los astrólogos, el gran eclipse solar de agosto de 1999 y la gran alineación planetaria del 5 de mayo del 2000, constituyeron el inicio de la Nueva Era: vale decir, ese habría sido el 'amanecer' de la Era de Acuario. En el 2000, se dio también el máximo de la actividad solar. En el año 1998, Neptuno entró en Acuario por donde transitará hasta el 2012. Este es el planeta de la mente inconsciente que provoca el despertar masivo de la conciencia.
El investigador Richard W. Noone, sostiene en su documentada obra: "Hielo, el último desastre" (1982) que la alineación planetaria del 2000 hará que la Tierra cambie su eje de rotación, y, de esa manera, el hielo del Polo Sur se extenderá por todo el mundo, provocando un gran desastre. La ensayista Marylin Ferguson cree advertir una soterrada "Conspiración de Acuario" en el mundo de la intelligentsia y la contracultura, mientras que el astrónomo Paul Otto Hesse advierte (desde 1961), que la Tierra se acerca a un Cinturón de Fotones que en el año 2012 afectaría a la conciencia planetaria, aunque esto no tiene ninguna base científica.
Lo de la Nueva Era es un lugar común. Numerosos videntes, digamos de cierto nombre, han anunciado la llegada de una nueva fase en la historia de la humanidad, tras un periodo de catástrofes, motivado por el desplazamiento de los polos y la glaciación. Así lo han predicho los mencionados Edgar Cayce (que se ha equivocado varias veces y también auguró la Era Glacial a partir del 2000) y Sir Arthur Conan Doyle, así como Nostradamus (que también se equivocó diciendo que el año 1999 iba a venir algo del cielo), P.R. Sarkar, el Conde Hamon, R. C. Anderson y Nicolas Roerich.
Algunos incluso han dicho que la glaciación puede ocurrir en cuestión de...¡¡¡horas o días!!! Debe recordarse aquí que en la anterior gran glaciación quedaron congelados mamuts que estaban en plena digestión (con flores en sus bocas y estómagos). Aunque éste es un enigma de continuo debate científico.
Los mapas de Piri Reis, encontrados por Charles Hapgood, sorprendentemente, en pleno siglo XVI, año de su elaboración, reflejan a La Antartida... cuando este Continente aún no había sido descubierto, así como también a América, en una época en que no se tenían conocimientos topográficos). Ambas regiones aparecen sin hielo. Según Hapgood, puesto que aún no se habían congelado: se helaron posterior y súbitamente. Ésta es una prueba de que estos procesos de glaciación y/o congelamiento son bruscos y abruptos.
INVIERNO NUCLEAR
Resulta curioso comprobar que incluso si se produjera una guerra nuclear, uno de los efectos seguros del escenario futuro sería el de un inexorable enfriamiento y glaciación. Los estudios de Crutzen demostraron que el dióxido de nitrógeno (proveniente de la explosión atómica) reaccionaría con el agua, produciendo ácidos que van a dar a la estratosfera en donde absorben radiación solar, destruyendo el ozono y calentando esos niveles, para luego enfriar los inferiores. Es lo que se ha bautizado como: invierno nuclear.
El aumento de temperatura es como un invierno nuclear. De similar manera funciona el metano y los gases que han producido el calentamiento terrestre. Primero calientan el mundo, luego cambian el clima y finalmente, ayudados por la expansión del deshielo y el cambio de las corrientes, lo enfrían todo por un periodo prolongado de tiempo. Según Crutzen, "estos dos fenómenos tienen poco que ver entre sí".
Una mutación biológica humana por la Era Glacial puede sonar extraño, pero también muchos grandes filósofos y científicos han augurado un próximo salto cualitativo de la humanidad: Toynbee, Spengler, Spencer, Theilhard de Chardin, Hegel, Arthur Eddington... todos ellos hablaron de la llegada de un nuevo paradigma en la historia de la humanidad: el Punto Omega, la eterialización, El Final de la Historia, un nivel más complejo y evolucionado del hombre y la civilización.
Las coincidencias terrestres y celestes, físicas, psíquicas, esotéricas y filosóficas parecen recurrentes. Según los astrólogos, el gran eclipse solar de agosto de 1999 y la gran alineación planetaria del 5 de mayo del 2000, constituyeron el inicio de la Nueva Era: vale decir, ese habría sido el 'amanecer' de la Era de Acuario. En el 2000, se dio también el máximo de la actividad solar. En el año 1998, Neptuno entró en Acuario por donde transitará hasta el 2012. Este es el planeta de la mente inconsciente que provoca el despertar masivo de la conciencia.
El investigador Richard W. Noone, sostiene en su documentada obra: "Hielo, el último desastre" (1982) que la alineación planetaria del 2000 hará que la Tierra cambie su eje de rotación, y, de esa manera, el hielo del Polo Sur se extenderá por todo el mundo, provocando un gran desastre. La ensayista Marylin Ferguson cree advertir una soterrada "Conspiración de Acuario" en el mundo de la intelligentsia y la contracultura, mientras que el astrónomo Paul Otto Hesse advierte (desde 1961), que la Tierra se acerca a un Cinturón de Fotones que en el año 2012 afectaría a la conciencia planetaria, aunque esto no tiene ninguna base científica.
Lo de la Nueva Era es un lugar común. Numerosos videntes, digamos de cierto nombre, han anunciado la llegada de una nueva fase en la historia de la humanidad, tras un periodo de catástrofes, motivado por el desplazamiento de los polos y la glaciación. Así lo han predicho los mencionados Edgar Cayce (que se ha equivocado varias veces y también auguró la Era Glacial a partir del 2000) y Sir Arthur Conan Doyle, así como Nostradamus (que también se equivocó diciendo que el año 1999 iba a venir algo del cielo), P.R. Sarkar, el Conde Hamon, R. C. Anderson y Nicolas Roerich.
Algunos incluso han dicho que la glaciación puede ocurrir en cuestión de...¡¡¡horas o días!!! Debe recordarse aquí que en la anterior gran glaciación quedaron congelados mamuts que estaban en plena digestión (con flores en sus bocas y estómagos). Aunque éste es un enigma de continuo debate científico.
Los mapas de Piri Reis, encontrados por Charles Hapgood, sorprendentemente, en pleno siglo XVI, año de su elaboración, reflejan a La Antartida... cuando este Continente aún no había sido descubierto, así como también a América, en una época en que no se tenían conocimientos topográficos). Ambas regiones aparecen sin hielo. Según Hapgood, puesto que aún no se habían congelado: se helaron posterior y súbitamente. Ésta es una prueba de que estos procesos de glaciación y/o congelamiento son bruscos y abruptos.
INVIERNO NUCLEAR
Resulta curioso comprobar que incluso si se produjera una guerra nuclear, uno de los efectos seguros del escenario futuro sería el de un inexorable enfriamiento y glaciación. Los estudios de Crutzen demostraron que el dióxido de nitrógeno (proveniente de la explosión atómica) reaccionaría con el agua, produciendo ácidos que van a dar a la estratosfera en donde absorben radiación solar, destruyendo el ozono y calentando esos niveles, para luego enfriar los inferiores. Es lo que se ha bautizado como: invierno nuclear.
El aumento de temperatura es como un invierno nuclear. De similar manera funciona el metano y los gases que han producido el calentamiento terrestre. Primero calientan el mundo, luego cambian el clima y finalmente, ayudados por la expansión del deshielo y el cambio de las corrientes, lo enfrían todo por un periodo prolongado de tiempo. Según Crutzen, "estos dos fenómenos tienen poco que ver entre sí".
Una mutación biológica humana por la Era Glacial puede sonar extraño, pero también muchos grandes filósofos y científicos han augurado un próximo salto cualitativo de la humanidad: Toynbee, Spengler, Spencer, Theilhard de Chardin, Hegel, Arthur Eddington... todos ellos hablaron de la llegada de un nuevo paradigma en la historia de la humanidad: el Punto Omega, la eterialización, El Final de la Historia, un nivel más complejo y evolucionado del hombre y la civilización.
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